SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

Finalmente, después de un mes de preparación, y con una serie de actividades que le sirvieron de antesala, celebramos en el seminario nuestra fiesta patronal de san Pedro apóstol.

Las actividades se iniciaron a las 10:00 A. M, después del desayuno y las oraciones de la mañana, con la final de dobles y el partido de fútbol entre seminaristas y sacerdotes. El partido de tenis se desarrolló con apretados parciales, pero finalmente se impuso el buen juego de la pareja Vargas – Bustamante, quienes se llevaron merecidamente las medallas doradas (6-3, 6-4). El encuentro futbolístico por su parte, no estuvo tampoco exento de emoción. Si bien los sacerdotes volvieron a perder (4–5), varios seminaristas reconocieron que la ventaja años pasados era mayor.

A las 12.00 A.M celebramos la Santa Misa, acompañada de un vivo homenaje al padre Ángelo Magalotti, quien cumplió ese día 60 años de sacerdocio. El sermón de nuestro obispo se centró en la preocupación que debe existir entre los hermanos sacerdotes: deberes de caridad y cariño hacia su persona, familia y realidad individual; y con ello la importancia del desarrollo de la virtud de la paciencia y perseverancia para llegar a la santidad.

Posteriormente tuvo lugar el encuentro con las religiosas de la diócesis, en agradecimiento por su abundante y constante oración por todos nosotros. Se rezó un rosario vocacional con el Santísimo expuesto y después pasamos a tomar el té con muchas delicias preparadas por nuestro equipo de cocina.

Las actividades culminaros con la visita al Carmelo. Rezamos las vísperas con las hermanas y después seminaristas y formadores pudieron conversar con ellas en el locutorio. Fue una magnífica oportunidad para verlas y agradecerles su oración, el puntal que nos sostiene. Como ellas siempre nos dan más, culminada la visita nos regalaron una gigantesca torta que comimos al llegar al seminario.