Jueves Santo.
Dentro de los oficios del día, adquiere un destacado simbolismo el lavatorio de pies que realiza el sacerdote y en el que recuerda el gesto que realizara Jesús antes de la Última Cena con sus apóstoles. Finalizados los oficios vespertinos, se expone el Santísimo Sacramento y se traslada desde el Sagrario al llamado "Altar de la reserva", un altar efímero que se coloca ex-profeso para esta celebración, quedando el Sagrario abierto. Igualmente, el altar es despojado de todo tipo de ornato. Posteriormente se realizan vigilias de oración, esta recibe el nombre de Hora Santa, ya que, es signo de la oración de Jesús en el Monte de los Olivos, la noche antes de ser entregado a los sacerdotes.
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