El dos de noviembre en el calendario litúrgico la Santa Iglesia nos invita a conmemorar el día de los fieles difuntos. Ahora bien, está invitación se debe prolongar durante todo el año en el cual debemos rezar por nuestros difuntos tales como nuestros: parientes, amigos, por las almas olvidadas y más necesitadas de la misericordia de Dios. De tal manera, es la comunión de la Iglesia peregrina que ruega a Dios por el descanso de la purgante. Por ello, en nuestro Seminario la intensión de la Santa Misa fue por todos nuestros familiares ya fallecidos.
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