¡¡Felicidades queridos hermanos seminaristas!!

En el día de hoy, sábado 18 de agosto de 2007, 9 de nuestros queridos hermanos seminaristas y un hermano religioso del oratorio mariano han dado un paso importante en el camino de su vocación.

Pues uno de ellos, José Basadre alumno de 2º de teología, recibió el candidatado, es decir, la admisión a las sagradas ordenes.

Cuatro de ellos, José Antonio Bustamante, Luis Salvatierra, Rodrigo Vásquez y el hermano Carlos Villanueva, todos de 3º de teología han recibido el ministerio del lectorado.

Y por ultimo Cuatro de ellos, Hernán Araya, Reinaldo Jagardo, Darío Polanco y Víctor Castillo, todos de 4º de teología han recibido el ministerio del acolitado, y Jorge Ramírez alumno de tercero de teología (Navarra) recibió juntamente los ministerios del lectorado y acolitado.

Toda la ceremonia se realizo muy solemnemente en la catedral de san Bernardo, precedida por monseñor Juan Ignacio González, quien en su homilía exhortó a los seminaristas a aprender a seguir el mandato de Cristo, “Amar a Dios y al prójimo como a ti mismo.” Que es el fin por el cual han sido llamados a esta vocación tan hermosa. El nos amó para que amemos. Y esto implica entregarlo todo a El.

También les dijo que aprendieran a vivir a fondo la ley de Dios. ¿Por que yo señor?, simplemente por que “Él llamó a los que quiso”.

Les dio algunas recomendaciones a nuestros hermanos seminaristas, como abandonarse en manos de Dios, Determinación de hacer la voluntad del señor e identificarse con Cristo.

Termino su homilía diciendo que “El pueblo necesita testigos vivos de Cristo” y que ellos al seguir esta vocación, cuando sean sacerdotes deben ser la luz sobre el monte que guía, que al verlos a ellos deben ver los cristianos la salvación. “¡no se debe apagar la vela!”.

Luego de la solemne ceremonia se paso a un pequeño coctel en el estacionamiento de la catedral para celebrar este gran paso de nuestros hermanos seminaristas.

Le Rogamos a San Alberto Hurtado, cuando hoy es su fiesta, que le de la fuerza de ser fieles al señor como el lo fue en su ministerio y que nuestra Madre la Virgen María los proteja con su manto de las tentaciones del maligno.

Laudetur Iesus Cristus, in aeternum laudetur.